Todos hablan. Es fácil hablar desde el recuerdo ya que podemos manipularlo para bien o para mal. Si somos honestos tal vez nos demos cuenta que esa persona de la que nos enamoramos no era tan perfecta después de todo sino que la idealizamos. O que no es que “de un día para el otro estaba todo mal” sino que veníamos haciéndonos los ciegos hace rato. Ser honesto con los recuerdos es difícil-
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